sábado, 25 de septiembre de 2010

DECLARASE CIUDADANOS ILUSTRES DE LA CIUDAD A LOS DRES GIL LAVEDRA, D'ALESSIO (PM), ARSLANIAN, TORLASCO, ARAOZ, LEDESMA, STRASSERA Y MORENO OCAMPO POR

SU DESTACADA LABOR EN EL CAMPO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Autores: PRESMAN, CLAUDIO - D'ANGELO, JULIAN - CAMPOS, ANTONIO RUBEN
PROYECTO DE LEY


Art. 1º) Declárase ciudadanos ilustres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los Dres. Ricardo Gil Lavedra; Andrés J. D´alessio (P.M.); León Carlos Arslanian; Jorge Edwin Torlasco; Jorge Varela Aráoz; Guillermo Ledesma; Julio César Strassera; y Luis Gabriel Moreno Ocampo, por su destacada labor en el campo de los Derechos Humanos.
Art. 2º) De forma.


FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
El proyecto que aquí se presenta va mas allá de una simple distinción honorífica por un aporte personal que han hecho los homenajeados. Se trata, por un lado, de un reconocimiento a una verdadera vocación humanista por la búsqueda de la verdad, por superar la impunidad, por el afianzamiento de la justicia y de la memoria frente al olvido. Trasciende, como antes mencionaba, una tarea individual para reinvindicar el símbolo de la transición democrática argentina, la bisagra entre la violencia y la convivencia en paz, entre las dictaduras y la democracia.
Hoy, Sr. Presidente, a 25 (veinticinco) años del histórico juicio a las Juntas Militares, la Ciudad de Buenos Aires rinde el merecido tributo a quienes tuvieron el extraordinario coraje de enfrentar sin desmayos el esclarecimiento de los más aberrantes delitos de lesa humanidad que recuerde nuestra historia. A quienes homenajeamos, les reconocemos el valor de enfrentar y resolver exitosamente esa difícil y compleja tarea.
Raúl Alfonsín, en su obra póstuma “Fundamentos de una República Democrática”, recordaba el significativo desafío; “Había que evitar que se repitiese el ciclo histórico de la impunidad y sentar el precedente de que a partir de 1983 no se tolerarían nunca más episodios al margen de la ley. Estaba convencido de que todo proceso de transición democrática debía intentar un objetivo prioritario y excluyente: esclarecer y castigar los crímenes cometidos en el pasado, pero también y sobre todas las cosas, prevenir la comisión futura de violaciones a los derechos humanos.”
A los pocos días de asumir, el presidente Alfonsín mediante Decreto 158/83 ordenó instruir sumario a los integrantes de las tres primeras Juntas militares que habían ocupado el poder desde 1976. Seguidamente, el 15 de diciembre, por Decreto 187/83 se creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), la cual estuvo integrada por reconocidas personalidades de diferentes ámbitos. El 20 de septiembre de 1984, la Comisión entregó el informe, precedido por un emocionante prólogo de su presidente Ernesto Saábto, que luego fuera editado con el emblemático título de NUNCA MÁS.
El respeto al debido proceso y a la garantía del juez natural, exigía que la Justicia Militar resolviera la cuestión en primera instancia, y que luego ésta podría ser revisada por la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional con competencia en el lugar de los hechos, o bien que se produjese el avocamiento del tribunal civil en caso de retardo de justicia. Esta última última situación se produjo respecto de la Cámara Federal de la Capital integrada por los Dres. Ricardo Gil Lavedra; Guillermo Ledesma; Andrés D´alessio; León Arslanian; Jorge Torlasco; y Jorge Valerga Aráoz. El fiscal durante el juicio fue el Dr. Julio César Strassera, y como adjunto se desmpeñó el Dr. Luis Moreno Ocampo.
La audiencia oral y pública se celebró entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985. El fiscal Strassera formuló la acusación entre los días 11 y 18 de setiembre de 1985, y la defensa de las juntas se realizó entre el 30 de septiembre y el 21 de octubre de 1985. Finalmente, el 9 de Diciembre de 1985 se dictó la sentencia de un juicio sin precedentes en la historia. Nuevamente debo recurrir a las estremecedoras y emotivas palabras de Raúl Alfonsín para ajustarse al la trascendencia de este juicio; “No se conocían otros casos en América, en Europa, en África,o en Asia, de países que hubieran podido juzgar y condenar a los máximos responsables de delitos de lesa humanidad. Nosotros lo hicimos, con la ley en la mano”.
En las referidas citas a Raúl Alfonsín, es inevitable la añoranza a su prédica republicana, a su cultivo permanente de la virtud cívica. Muy cerca de su recordada desaparición, también guardamos el recuerdo del Dr. Andrés D´alessio, fallecido el 5 de abril de 2009, a quien homenajeamos también con esta declaración. El Dr. D´alessio, oriundo de nuestra ciudad, nació un 17 de abril de 1940. Ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1958. En ella, desarrollaría una extensa y fructífera carrera docente, que vio coronada con su designación como Decano de esa casa de estudios en dos oportunidades entre 1994, y 2002. Entre 1984 y 1987, se desempeñó como Juez de la Cámara de Apelaciones Criminal y Correccional, función en la que hoy lo recordamos. Entre 1987 y 1989 se desempeñó como Procurador General de la Nación. A 25 años de su destacada participación en el emblemático juicio, y porque ella se encuentra dentro de una notable trayectoria, estimo Sr. Presidente que el cuerpo debería otorgarle la distinción de Ciudadano Ilustre (post morten) por reunir los requisitos exigidos por la ley 578, y 1173.
Con idénticos fundamentos, entiendo merecedor de la distinción prevista en la mencionada norma, al Dr. Ricardo Gil Lavedra. Además de haber formado parte de la prestigiosa composición de la Cámara que resolvió el Juicio a las Juntas aquí recordado, el Dr. Gil Lavedra se desempeñó como Vice Ministro del Interior entre 1988 y 1989, y como Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación entre 1999 y 2000. Entre 1988 y 1995 fue miembro del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas. Ha sido además Conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y juez ad-hoc de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Como académico tuvo activa participación en el claustro docente de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, y desde diciembre de 2009 se destaca como Diputado de la Nación por nuestra ciudad.
Aquella memorable composición de la Cámara contó como Presidente el año en que se realizó la audiencia al Dr. León Carlos Arslanian. De dilatada trayectoria en la justicia y en el campo del derecho penal, el Dr. Arslanian también ocupó la titularidad del Ministerio de Justicia de la Nación entre 1991 y 1993, y entre 1997/99 y 2004/ 2007 se desempeñó como Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, siendo una autoridad recurrentemente consultado sobre estos temas.
Acompañaba también aquella integración el Dr. Jorge Valerga Aráoz, de dilatada actuación en la justicia y en la cátedra de derecho penal de las Universidades de Buenos Aires y el Salvador. En 1987, renunció a su cargo en la Cámara para dedicarse al ejercicio liberal de la profesión de abogado en el ámbito de nuestra ciudad. El mismo camino siguió el Dr. Guillermo Ledesma, que dejó una indeleble huella en su paso por la Justicia y un gran reconocimiento como autor y profesor de derecho penal. Completaba aquella Cámara, el Dr. Jorge Edwin Torlasco, nacido en Buenos Aires en 1935. El Dr. Torlasco se destacó no sólo en el juicio a las Juntas, sino que con anterioridad, siendo Juez de Instrucción durante el final de la dictadura militar, declaró la inconstitucionalidad de la ley de autoamnistía dictada por la última junta militar.
Párrafo aparte merece la enorme labor del fiscal Dr. Julio César Strassera. Aún resuena en la memoria de los argentinos su apasionado y emotivo alegato, pero por sobre todas las frases se destaca la del cierre: “Señores Jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretetnsión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: “¡¡¡NUNCA MÁS”!!!”
Debemos resaltar la infatigable tarea de investigación de hechos aberrante, muchos de los cuales resultaban casi imposibles de reconstruir. En muchos casos, las evidencias habían sido destruídas, además de la incineración de documentación. Aún así, pudieron establecerse más de diez mil delitos, para lo cual el Fiscal y sus ayudantes adoptaron un procedimiento de oportunidad, los casos paradigmáticos, utilizado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así, la Fiscalía pudo exponer ante el tribunal 700 (setecientos) casos representativos de las atrocidades cometidas por el régimen militar.
Este destacado jurista y defensor de los Derechos Humanos, nacido en 1933 y residente de la Ciudad de Buenos Aires, luego de su histórico paso por el Ministerio Público fue representante argentino ante los organismos de Derechos Humanos en Ginebra, función a la cual renunció con motivo de los indultos decretados por Carlos Menem, refugiándose en una activa participación en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Finalmente, Sr. Presidente, destacamos la infatigable labor del Fiscal Adjunto de aquel histórico juicio; el Dr. Luis Gabriel Moreno Ocampo. En 1987 y 1990, ya como Fiscal de Cámara dirigió las acusaciones contra los sediciosos “carapintadas”. Fue profesor adjunto de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires. También fue profesor visitante en Hardvard y Stanford. Desde junio de 2003 se desempeña como Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional que investiga delitos aberrantes contra la humanidad. Sin dudas, su designación ha tenido en cuenta su experiencia en el exitoso y trascendental juicio por el que hoy proponemos la designación de Ciudadanos Ilustres, tanto a los jueces, como a los fiscales intervinientes.
Sr. Presidente, a 25 años del histórico juicio, que el mundo entero reconoce y señala como ejemplo paradigmático de justicia frente a crímenes de lesa humanidad; emblema del renacimiento democrático argentino, sentimos el orgullo de haber sido testigos, y nuestra ciudad cuna de semejante acontecimiento. Es por ello que el momento histórico amerita, que la Ciudad de Buenos Aires lleve adelante un “acto de Justicia”, designando Ciudadanos Ilustres precisamente a hombres que trajeron la JUSTICIA a nuestra patria, y orgullo a nuestra Ciudad.









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